26.10.04

Pegado a ti, Rodolfo Loyola

Estoy pegado a ti como una liana,
enredado en tu savia,
hecho polvo en el hueco de tu mano,
diluido en tu esencia,
como un idealizado Sancho ligado a su Quijote,
cabalgando y viviendo al borde de tus huellas.
Soy lo correlativo,
no tengo nombre propio, tu me nombras,
con un ínfimo gesto,
con un guiño me quiebras,
solo con desearlo, me envías o me llevas.
Estoy pegado a ti como un siamés del alma,
y en la danza de las desigualdades,
soy el uno mas uno igual a uno de tu divina matemática.
Me tienes contenido en tu inmateria,
tan sin secreto,
tan averiguado y transparente,
que me crecen cristales y luces en la noche.
Estoy a la deriva de mi mismo,
aunque seguro y atrapado
en el vórtice de tu todo infinito.
No tengo más origen
que la esperanza del lucido ladrón crucificado.
Soy una consecuencia,
un efecto, un satélite,
sombra, imagen, soplo,
eco, transpiración, reflejo.
Si en la eterna jornada de tu tacto,
sientes el cosquilleo de mi intimo reclamo,
permíteme seguir parasitando
en tu costado abierto
hasta el alba más alba.
Soy libre...
rotundamente libre;
sigo pegado a ti,
no peso nada...
nada.

Rodolfo Loyola

No hay comentarios: